Ironías de la vida. El Ecuador de hoy cuyo gobierno ganó en su mayoría por los jóvenes, reporta a la fecha el más grande éxodo de la historia del país: miles de jóvenes están dejando Ecuador y la cifra sigue creciendo cada día, debido a la falta de oportunidades laborales.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la tasa de subempleo alcanzó el 23,1% en mayo de 2024, lo que refleja una economía debilitada y una incapacidad del mercado para absorber la creciente oferta de graduados. Muchos jóvenes, altamente capacitados, se ven forzados a aceptar empleos por debajo de sus habilidades o, en su defecto, buscar alternativas fuera del país.
Esta situación ha impulsado un incremento en la emigración, especialmente hacia países como Estados Unidos, España y Perú. En 2023, las cifras migratorias mostraron un saldo negativo con casi 30,000 ecuatorianos que salieron más de los que ingresaron, en gran parte motivados por la falta de empleo formal y la inseguridad económica . El acceso al crédito y la falta de incentivos para emprendedores empeoran el panorama .
Además, los jóvenes que se quedan en el país enfrentan dificultades adicionales. A casi el 78% de los ecuatorianos que pierden su empleo formal les toma más de dos años encontrar una nueva oportunidad. Esto se debe, en parte, a la falta de inversión extranjera y a la inestabilidad política, que no ha permitido un crecimiento económico sostenido .
El impacto de esta fuga de talento no solo afecta a las familias, sino también al futuro del país. El Estado invierte grandes recursos en la educación de estos profesionales, pero al no encontrar un mercado laboral adecuado, buscan desarrollar sus carreras en el extranjero, lo que representa una pérdida significativa para el desarrollo nacional.